Universidad  Comunitaria

     
Autor: Jesús Morfín Garduño.
Seudónimo: Huitzilíhuitl.
     
Antropología Política                            e-mail:  ecocidio@yahoo.com.mx
 
Nahui Ollin de Mallinalco
     

      He  desarrollado la presente hipótesis antropológica como una actividad de la Universidad Comunitaria, asociación civil que desde 1992 constituímos entre cinco amigos en la ciudad de México. Originalmente la idea ha sido promover la creación de un sistema educativo complementario al oficial, fundamentado en las formas de participación comunitaria de nuestras raíces culturales.

       Lo  cual quedó enmarcado en el debate de la conmemoración del Quinto Centenario, que para unos era alusivo al "Descubrimiento de América", para otros al "Encuentro de dos mundos" y para otros más a "Quinientos años de resistencia indígena".

      De  manera que la universidad comunitaria participó en las "Jornadas de Paz y Dignidad", organizadas por un grupo cultural mexicano radicado en la ciudad de Chicago, Illinois. Las cuales consistieron en una serie de carreras "espirituales" que partieron tanto desde Alaska como desde la Patagonia con el objetivo de confluir en la ciudad arqueológica de Teotihuacan, para de ahí llegar al Templo Mayor de Tenochtitlan en el Centro Histórico de la ciudad de México el 12 de octubre de 1992.

      Pero  por desacuerdos en la organización, los dirigentes de las Jornadas de Paz y Dignidad decidieron terminar su recorrido en Teotihuacan, y sólo algunos participantes de las carreras "tributarias" de Cozumel y Veracruz llegamos corriendo al Templo Mayor de la ciudad de México, coincidiendo con la Marcha de Protesta que se realiza cada 12 de octubre.

      Durante  sus primeros años la universidad comunitaria visitó la comunidad rural de Amatlán de Quetzalcóatl en el municipio de Tepoztlán, Morelos, en plan de convivencia y participación en las labores del campo durante algunos fines de semana. También realizó dos viajes a Chiapas durante la Navidad de 1992 y la Semana Santa de 1993, visitando diversas comunidades de las inmediaciones de la Selva Lacandona, llegando hasta la Laguna de Miramar en el primer viaje y a la Laguna de Lacanjá en el segundo.

      Las  actividades se enmarcaban dentro de un plan de "turismo activo", en que se buscaba conocer lugares y sus habitantes conviviendo mediante la participación en sus labores del campo, alimentándonos con lo que las distintas comunidades podían ofrecernos y pernoctando dentro de ellas. Cada socio cubría sus gastos del viaje.

      El  interés en seguir desarrollando este tipo de actividades decayó, pero siempre he mantenido pendiente la posibilidad de una extendida reactivación a partir de una fundamentación teórica de su necesidad. Llegando a concebir la presente teoría que finalmente he titulado "Caos y Cosmovisión", en la que doy respuesta a varios cuestionamientos planteados, entre ellos la pregunta de si la modernidad capitalista habrá de ser la forma en que la humanidad mantenga organizada su economía, o si por el contrario habrá que retornar a un régimen comunitario para llegar a constituir una civilización mundial estable, que pueda superar sus problemas ambientales, económicos y sociales.

      Mi  conclusión a esta pregunta es que efectivamente tendremos que retornar a un régimen comunitario, lo cual profundiza la visión de la evolución de nuestra especie, en que el capitalismo ha sido el sistema idóneo para una última etapa de desarrollo de la actual humanidad, pero que las antiguas formas de organización comunitaria necesariamente fueron heredadas de una más antigua y olvidada civilización mundial que llegó a ese tipo de régimen para alcanzar su estabilidad, cuyo equilibrio fue roto por la necesidad de estimular el desarrollo de la última raza humana en gestarse sobre la faz de la tierra, la blanca, mediante su mestizaje e integración a sus hermanas mayores, las razas de color, dominándolas para venir aprendiendo a saberse conducir por sí misma hasta concluir en la necesidad de retomar el régimen comunitario.

      La  necesidad de promover la enseñanza y práctica del trabajo comunitario se mantiene vigente y cada vez es más apremiante. La pretensión de una universidad comunitaria se reduce a que cada participante promueva, a partir de sus propios medios e iniciativa, la concientización de los círculos de producción y consumo en su país y/o localidad, para que estos puedan sustituir parte del dinero que ocupan por acuerdos y compromisos de ayuda mutua. Es decir, que el trueque de bienes y servicios que realizamos diariamente sólo por medio del dinero material, lo empecemos a realizar también por medio de un "dinero ideal" sustentado en una responsabilidad del bien común necesario para garantizar el bien individual.

      No  con el afán de lograr la extraviada meta de "riqueza para todos", sino la de una "austeridad compartida" en la conciencia de que debemos evitar la sobre explotación de los recursos naturales y reconstruir el medio ambiente buscando una estabilidad climática y ecológica. Así la enseñanza de la universidad comunitaria se realizará fuera del "reposo absoluto" de los salones de clase, en la dinámica del trabajo comunitario. Es decir, será una universidad ambulante sin instalaciones propias y no requerirá de cuotas monetarias.

       
                              e-mail:  ecocidio@yahoo.com.mx                                  Retornar....