La  Atlántida.

Autor: Jesús Morfín Garduño.
Seudónimo: Huitzilíhuitl.
Universidad Comunitaria
     
Antropología Política                             e-mail:  ecocidio@yahoo.com.mx
   
Nahui Ollin de Mallinalco

    Un argumento que se ha utilizado para "desmentir" a Platón de la pasada existencia de la Atlántida, es que a partir de la teoría de la Pangea no ha habido lugar en el Atlántico donde antes haya podido existir otro continente.

    Sin embargo queda la posibilidad lógica de que la Atlántida haya podido ser la propia América, y entonces no habría ninguna incoherencia con la teoría de la Pangea. Según la cual, todos los continentes que hoy conocemos estaban unidos hace más de 100 millones de años en una sola masa continental, que se fragmentó con la caída de un meteorito en lo que hoy es la Península de Yucatán, provocando el nacimiento del océano Atlántico y la posterior extinción de los dinosaurios.

     De tal manera que los continentes de hoy son las partes de un rompecabezas que embonan satisfactoriamente según sus costas y su orografía para reconstruir la Pangea. Por lo que no es posible que hace algunos miles de años haya podido existir otro continente en medio del Atlántico. Así que la Atlántida solamente pudo haber sido la misma América.

     Desde que se empezó a tener conciencia de que América era un nuevo continente, y no las Indias Orientales como lo había supuesto Colón, se llegó a pensar que podría ser la Atlántida aludida en los Diálogos de Platón, pero la apariencia retrasada y salvaje de sus culturas autóctonas, practicantes de religiones de sacrificios humanos, así como de no haberse encontrado al cabo de los últimos cinco siglos ruinas o vestigios de una civilización tan desarrollada como la aludida por Platón, se ha mantenido a América descartada de esa posibilidad.

     Sin embargo las ruinas de la Atlántida pudieron haber sido consumidas por aquellas culturas de sacrificios humanos, entre otras razones para hacer sus propias construcciones. T. C. Overstreet y otros investigadores de la historia han indicado, repetidas veces, que enormes y gruesas hojas de mica fueron encontradas por arqueólogos en el quinto nivel de la Pirámide del Sol en Teotihuacan. Más tarde, a 400 metros hacia abajo de la Pirámide del Sol, fue informado por la Fundación Viking, de otro trozo de mica que se encontró de tamaño considerable: unos 27,5 metros cuadrados (92 pies cuadrados) cerca de la Avenida de los Muertos. Al asombro de todos los arqueólogos, se identificó como un tipo de mica que se encuentra en Sudamérica, y en ninguna otra parte. Esto genera la pregunta de ¿Cómo este tipo particular de mica había sido transportado unos 3218,6 kilómetros (2000 millas) e incorporado a Teotihuacan? ¿Cómo pudo algo tan grande ser transportado en un período de la Edad de Piedra? Hallazgos semejantes de mica sudamericana se han descubierto en ciertos sitios Olmecas.

     América fue inundada por las aguas marinas en el sol de agua, hace unos 14000 años, dato que obtenemos si sumamos los años correspondientes a los tres últimos soles del Códice Vaticano: 5320 + 4480 + 4200 = 14000. Lo cual es coherente en tiempo y espacio con el hundimiento de la legendaria Atlántida.

     Según el capítulo de Critias, de los Diálogos de Platón, Solón escuchó su relato de sacerdotes egipcios hace unos 2600 años, y ellos le dijeron que habían pasado más de 9000 años desde el hundimiento. Hablan de una Isla más grande que la Libia y el Asia reunidas, lo que significa que el término Isla no aludía a una pequeña porción de tierra, sino a un continente que estaba aislado del "viejo mundo" por medio del océano Atlántico, ya que estaba "más acá" de las Columnas de Hércules o Estrecho de Gibraltar, donde termina el mar Mediterráneo.

     La página del Códice Mendocino que habla sobre la teocracia de Tenoch, conserva algunos rasgos culturales de la Atlántida: Las cinco parejas de sacerdotes sustituyen a las cinco parejas de hijos de Cleito y Poseidón; y el islote dentro de la laguna de Anáhuac cruzado por dos corrientes de agua, una clara y la otra sangrienta, durante la fundación de México Tenochtitlan, sustituyen a la pequeña isla de Cleito dentro de una laguna con anillos de tierra y cruzada por dos corrientes de agua, una fría y la otra caliente.

     Así que los fundadores de México Tenochtitlan conservaban la memoria, por medio de sus tradiciones religiosas, de la pasada existencia de la Atlántida, e identificaron el antiguo sitio de su capital con el lugar donde fundaron la nueva ciudad. Después de haber realizado una milenaria peregrinación para regresar finalmente a dicho lugar.

     América (=Atlántida) debió haberse inundádo momentáneamente al principio de los grandes cataclismos que marcaron el final de Pleistoceno, o subperiodo geológico anteriror, a causa de un desequilibrio climático mundial que terminó con el deshielo de la glaciación de Würm en Europa algunos milenios después. Durante los cuales América había quedado prácticamente despoblada, pero de inmediato se volvió a poblar por el hombre asiático a través del Estrecho de Bering.

     Mientras tanto los sobrevivientes de la Atlántida que alcanzaron a llegar al África, con el tiempo volvieron a construir una nueva civilización mundial con su principal metrópoli en el alto Nilo, según puede inducirse de la investigación de Charles H Hapgood presentada en su libro "Maps of the ancient sea kings" en 1966, con la tesis final de que existió una civilización mundial que navegaba por todos los mares antes de que terminara la pasada edad de hielo.

    Al término de la glaciación, el hombre blanco o europeo, que había permanecido atrapado en los países bajos, pudo empezar a desplazarse hacia el Mediterráneo. Los descendientes de los atlantes del Nilo, ya mestizados con las razas asiáticas y africanas, debieron haber quedado maravillados por esta nueva raza que había permanecido enclaustrada por los glaciares durante unos cien mil años sin tener contacto con el resto de las razas humanas, y contaba con una población muy reducida por haber permanecido recluidos por la naturaleza.

    Fue así como la pasada civilización mundial decidió desaparecer para impulsar un nuevo ciclo histórico a partir de sus conocimientos científicos y religiosos, con el fin de contrarrestar la desproporción de las poblaciones raciales, así como de estimular el desarrollo de la nueva raza integrándola a sus hermanas mayores y ejercitando el poder sobre ellas hasta llegar a aprender a emplearlo correctamente.

    Para lo cual tuvieron que haber creado las antiguas religiones de sacrificios humanos, difundiéndolas en una envolvente geográfica de la expansión de la nueva raza, y dejando sus huellas desde Stonehenge hasta la costa europea del Mediterráneo, en La India, el Medio Oriente y el mismo Egipto. Tales religiones fueron el antecedente de las actuales religiones como el cristianismo, el judaísmo o el Islam. Finalmente regresaron a América, el continente original de sus ancestros atlantes, para imponer aquí también las religiones de ofrendas humanas esperando la llegada de la cultura occidental y terminando de programar nuestro actual desarrollo.

    

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