Proceso Histórico.

      Haciendo   un recuento de la historia de la filosofía griega, nos encontramos primero con la época de los siete sabios, en la que aparece una filosofía elitista que busca fundamentar sus ideales en el mundo material, como en un proceso crítico del pensamiento religioso politeísta. La escuela pitagórica da especial importancia a lo abstracto, como a las matemáticas y al concepto del alma humana.

      Con   Sócrates, el esclavo rebelde, la filosofía se populariza y acompaña a una crisis política y social que es contenida en parte por la escuela de Platón. Después de la sistematización científica de Aristóteles, aumentaron las crisis sociales y observamos las diferentes tendencias de la filosofía: cínicos, epicúreos, escépticos y estoicos. Finalmente la importante participación que tuvo la cultura griega en los orígenes del cristianismo, nos hace ver que con ello se cerró el ciclo de la filosofía griega al volver a la religión.

      Dicho  ciclo naturalmente tiende a repetirse a lo largo de la historia universal. Si bien las iglesias cristianas no han sabido guardar los preceptos de austeridad y ascetismo de su doctrina, esto no invalida la misión que han tenido durante casi dos milenios de preservar las enseñanzas de su religión, mismas que con el paso de los siglos gran parte de la humanidad viene adquiriendo y practicando para poder llegar a comprenderlas y aplicarlas satisfactoriamente.

      El  comunismo religioso practicado por los cristianos de los primeros siglos constituyó la infraestructura económica que permitió que la nueva doctrina pudiera sostenerse hasta que irrumpió en los más altos círculos del imperio romano, lo cual concluyó con la creación de la Iglesia Católica en el siglo IV y el inicio de la institucionalización y por lo tanto de la limitación de la práctica de dicho comunismo cristiano. El cual se hace necesario reactivar en coexistencia con el actual capitalismo de libre mercado.

      Las  teorías comunistas de los últimos siglos han ensayado la hipótesis atea y materialista buscando en ello la salida a una tradición histórica de explotación y genocidio que se ha nutrido en la religiosidad de los pueblos. Pero la historia nos demuestra que sólo las sociedades que han vivido comunitariamente en base a creencias espirituales han podido alcanzar una estabilidad interna. Mientras que un comunismo no estatista, basado únicamente en idealismos como el materialismo dialéctico, ha resultado imposible.

      Podemos  entender que esta tradición histórica de explotación y genocidio fue iniciada por las prehistóricas religiones de sacrificios humanos, con el propósito de alimentar al embrión que constituye la actual humanidad, pero como los nutrientes de que éste dispone ya empiezan a escasear, se hace urgente que la madre tierra dé a luz a una nueva conciencia cósmica de la humanidad antes de que se quebrante el equilibrio de la biosfera terrestre provocando un auténtico apocalipsis ambiental.